Si Barcelona tuviera un embajador del skate, el surf y el rock and roll, ese sería Sören Manzoni. Lo has visto patinando, surfeando, pinchando en el ya mítico Nasty Mondays, coleccionando reliquias del pasado o abriendo el icónico museo de skate de la ciudad con Manzonis Garage. Con una filosofía de vida basada en «piensa poco, vive mucho», Sören es puro carácter y pasión por la cultura urbana.
En Trickon nos sentamos con él para hablar de skate, surf, música y noches épicas en la Sala Apolo. Como era de esperar, no se guardó nada.
Crecí delante del mar, pero en los 80 no había cultura de surf en Barcelona
Antes de nada, Sören, ¿cómo empieza tu historia con el skate y el surf?
Empecé a patinar a finales de los 80. Me ganaba la vida como pizzero y con lo que ahorraba me compraba material de skate y surf, que en aquella época solo venía de Estados Unidos y era carísimo. Crecí delante del mar, pero en Barcelona no existía la cultura del surf. Veía las olas en invierno y pensaba: «Esto también se puede surfear». En cuanto a las tablas, siempre he defendido que el skate viene del mar.
¿Cómo era el skate en Barcelona en esa época?
¡Totalmente diferente a lo de ahora! No existían skateparks, no había tiendas especializadas… y la escena era mucho más dura. El skate de los 80 era ‘skate and destroy’, en los 90 pasó a ‘skate and create’ y ahora es ‘skate and share in social media’. En los 80 teníamos que pelearnos por un sitio donde patinar, en los 90 empezaron a aparecer los primeros skateparks, y ahora cualquiera con un móvil puede grabarse haciendo un truco y compartirlo con el mundo. Ha cambiado todo.


Tengo más de 1000 skates y una radio del videoclip de Madonna
En un momento decidiste hacer público tu amor por la cultura skate y abrir Manzonis Garage… ¿Por qué?
Porque coleccionar no tiene sentido si no llega un día en el que puedes enseñarlo. Tengo más de 1000 skates, más de 150 radiocasetes, pinballs de edición limitada y hasta la radio que aparece en el videoclip ‘Hung Up’ de Madonna. Siempre me ha gustado guardar objetos que cuentan una historia, y pensé: «¿Por qué no compartirlo con la gente?». Así nació Manzonis Garage.
¿Cuál es tu pieza más especial?
Uf… difícil elegir. Pero si tuviera que salvar solo una, sería mi lunchbox de Mickey Mouse. Es la que usaba en el colegio, y tiene más valor sentimental que cualquier otra cosa.
Nasty Mondays: el origen de la fiesta más salvaje de Barcelona
Si hablamos de cultura urbana en Barcelona, hay un nombre que es historia: Nasty Mondays. ¿Cómo empezó todo?
Fue muy loco. Trabajaba en la primera tienda de skate cerca del MACBA, y un amigo nos dijo que los dueños de la sala Fonfone nos dejaban los lunes para montar nuestra fiesta… Y así nació Nasty Mondays, la fiesta que convirtió los lunes en el mejor día de la semana.
¿Cómo se vivían esas noches?
Era una locura. Gente de todo el mundo venía a Barcelona solo para vivir un Nasty Mondays. La gente salía del trabajo y en vez de irse a casa, se venía a Apolo a vivir el mejor rock and roll de la ciudad. Durante 16 años lo dimos todo.
¿Por qué terminó?
Porque el cambio es la única constante. Cada generación tiene su forma de entender el rock, la fiesta y la noche. Llegó un momento en que sentí que había que cerrar ese capítulo. Pero las guitarritas seguirán sonando, eso seguro.

El skate no es deporte, es actitud
El skateboarding ha llegado a los Juegos Olímpicos, pero hay debate sobre si debería estar ahí. ¿Tú qué opinas?
El skate no es deporte, el skate es actitud. No concibo el skateboarding como una competición. Es una forma de expresión, como el arte o la música. Que el COI lo haya metido en los Juegos Olímpicos demuestra que las nuevas generaciones ya no prestan tanta atención a las Olimpiadas. Está bien que el skate tenga más visibilidad, pero el que lo lleva dentro lo hace por pasión, no por medallas.
¿Y cómo ves el futuro del skate?
El skate va a seguir evolucionando, como siempre. Lo que me gusta es que las nuevas generaciones han traído cosas increíbles, como la inclusión de la mujer en el skateboarding. Antes era un mundo muy cerrado, pero ahora hay más diversidad y eso es muy positivo.

Con todo lo que has hecho, ¿queda algún sueño por cumplir?
Muchos. Pero el primero es surfear en Waikiki, Honolulu, con los hoteles de fondo, pedir un cóctel y comerme una burger hawaiana con piña. Puede parecer una tontería, pero ese es mi sueño. Honolulu es el Benidorm de Hawái y me fascina la idea de surfear allí.
Y para cerrar… ¿Christian Fletcher o Matt Archbold «Archy»?
¡Archy, sin duda! Fueron de los primeros en fusionar el skate con el surf y en aplicar maniobras de un mundo al otro. En su momento fueron marginados por innovar demasiado, y ahora todo el mundo surfea como ellos. Eran visionarios.
Sören Manzoni es de esos personajes que marcan época. De esos que no pueden estar quietos, que siempre están creando algo nuevo y que, cuando hablan de skate, surf o música, te hacen sentir parte de su mundo. Porque si algo tiene claro es que aquí hemos venido a vivir. Y hay que celebrarlo día a día.
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